UNA RESPUESTA A ROBERTO VAQUERO. INMIGRACIÓN Y FRONTERAS ABIERTAS.

 

UNA RESPUESTA A ROBERTO VAQUERO. INMIGRACIÓN Y FRONTERAS ABIERTAS.



A propósito del último número de “de acero”, órgano de expresión del PML (RC), Roberto Vaquero se decide, supuestamente, a desenmascarar la política “posmoderna” acerca de la inmigración y las fronteras. En este escrito responderemos a sus críticas viendo como sus propuestas, lejos de ser marxistas, atentan contra la necesaria unidad del proletariado.  

Pero antes de adentrarme en el contenido del articulo de Roberto, me gustaría aclarar que el propósito del presente escrito no es el de defender al trotskismo al que Roberto pretende atacar con el artículo. No pienso, en este momento, entrar en esta discusión. Mi propósito es otro. A saber: destapar la posición mecanicista y reaccionaria que el PML (RC) asume con respecto a la inmigración y las fronteras.

Así, en un primer momento analizaré el artículo de Roberto, viendo que errores se cometen. De seguido, analizaré las consecuencias prácticas de esta posición errónea. Para ello, y de forma sucinta, analizaré la praxis política del FO y del PML(RC) en materia de inmigración. Aquí tampoco entraré a valorar el ultimo panfleto publicado por Roberto y Pau Botella acerca de la inmigración. Ello merece una crítica más profunda y atenta.

Pues bien, dicho todo esto, comencemos.

I.                 Marx, Lenin y la inmigración.

El artículo de Roberto se divide en dos partes. En una primera parte, Roberto dice contextualizar citas de Marx y Lenin acerca de la inmigración, defendiendo, a la par, que la praxis del PML(RC) es perfectamente coherente con el contenido de estas citas.

En una segunda parte, Roberto recurre a la experiencia soviética para intentar justificar las posiciones del PML en materia de inmigración. Empecemos por lo primero y dejemos esto para después.

Poco podemos decir, en verdad, ante el contenido de los extractos citados. En ellos Marx y Lenin se pronuncian contra la xenofobia y claman por un internacionalismo. Analicémoslos, no obstante, tratando de aclarar el sentido y el contexto de las afirmaciones que se hacen, y comparémoslo con lo que el PML hace día a día.

La primera cita pertenece a Marx y data de 1870. Se trata de un extracto que Marx escribe a propósito de los debates que, por aquel entonces, se estaban desarrollando al interior de la AIT. En este extracto el Consejo General de la AIT, integrado por Marx, trata de exponer la posición de la AIT con respecto al movimiento obrero inglés y el papel de irlanda en este movimiento. Así dice el extracto citado por Roberto:

“En segundo lugar, la burguesía inglesa, además de explotar la miseria irlandesa para empeorar la situación de la clase obrera de Inglaterra mediante la inmigración forzosa de irlandeses pobres, dividió al proletariado en dos campos enemigos. El ardor revolucionario del obrero celta no se une armoniosamente a la naturaleza positiva, pero lenta, del obrero anglosajón. Al contrario, en todos los grandes centros industriales de Inglaterra existe un profundo antagonismo entre el proletario inglés y el irlandés. El obrero medio inglés odia al irlandés, al que considera como un rival que hace que bajen los salarios y el standard of life. Siente una antipatía nacional y religiosa hacia él. Lo mira casi como los poor whites de los Estados meridionales de Norteamérica miraban a los esclavos negros. La burguesía fomenta y conserva artificialmente este antagonismo entre los proletarios dentro de Inglaterra misma. Sabe que en esta escisión del proletariado reside el auténtico secreto del mantenimiento de su poderío.”

Pero la cuestión se sigue desarrollando, más allá de lo citado por Roberto, y Marx dice lo siguiente:

Este antagonismo se reproduce también al otro lado del Atlántico. Desalojados de su tierra natal por los bueyes y las ovejas, los irlandeses vuelven a encontrarse en los Estados Unidos, en los que constituyen una parte considerable y creciente de la población. Su única idea, su única pasión es el odio hacia Inglaterra. Los gobiernos inglés y norteamericano, es decir, las clases que representan alimentan estas pasiones con el fin de eternizar la lucha entre las naciones, que impide toda alianza seria y sincera entre los obreros de ambos lados del Atlántico y, por consiguiente, impide su emancipación común.

Esta segunda parte de la cuestión es ignorada por Roberto, quizá porque aquí Marx profundiza de forma explícita en la idea de que toda lucha entre naciones impide la unión necesaria ente los obreros de todos los países.

Roberto, no obstante, afirma que “nosotros [el PML(RC)] estamos totalmente de acuerdo con Marx. Nosotros hablamos de integrar a los inmigrantes a todos los niveles, esto incluye, por supuesto, que tengan unas condiciones dignas de vida y trabajo. Nuestras apuestas buscan la integración; las suyas de fronteras abiertas, la marginalidad, la explotación y la segregación en guetos”

Pese a afirmar esto, día tras día, vemos al PML señalar a los inmigrantes como un rival, ya no solo económico, sino, y, ante todo, cultural.  No son pocas las publicaciones de integrantes del PML o el FO señalando a migrantes por el hecho de serlo. Cuando un “magrebí” roba, el problema es el origen del ladrón. Quedan aquí ocultas las razones sociales del delito. Todo es reducido a la cuestión cultural, a la lucha entre naciones que impide toda alianza seria y sincera entre los obreros de ambos lados del Atlántico (y del mediterráneo).

Ya en su momento, muchos ingleses, clamaban contra la tosca robustez de los irlandeses. El argumento culturalista para enfrentar al proletariado ha sido siempre un arma en manos de la burguesía, y el PML no se preocupa por usar este arma en contra de los intereses del proletariado internacional.

No, por supuesto que el PML no está totalmente de acuerdo con Marx. El PML no fomenta, con el asimilacionismo forzado, ninguna hermandad entre pueblos. El PML se queja, a veces con razón, de los vicios de las culturas migrantes, pero al tiempo disculpan todos los vicios de la cultura propia. No se trata de conservar una cultura burguesa frente a otra. Se trata de crear una nueva cultura internacional, que señale a las tradiciones por su carácter contrarrevolucionario, y no por su origen étnico. Se trata de minar el antagonismo cultural del que la burguesía se sirve.  Pero el PML sumido en un discurso de lucha de civilizaciones no hace más que profundizar este antagonismo sirviéndose para ello del nacionalismo más cutre y burgués. Poco le importan a Roberto las contradicciones que impiden la unión del proletariado internacional.

Lo que fomenta Roberto es justamente esta contradicción. Dirigiéndose contra el migrante el PML sólo fomenta la xenofobia, una xenofobia que devalúa la mano de obra migrante y, a la par, debido a la competencia, la mano de obra no migrante.

Esta es la consecuencia de las posiciones del PML (RC). Pero sigamos. Ahora es turno de Lenin, así, Roberto cita lo siguiente:

“La burguesía azuza a los obreros de una nación contra los de otra, tratando de dividirlos. Los obreros conscientes, comprendiendo que es inevitable y progresiva la destrucción de todas las barreras nacionales por el capitalismo, procuran ayudar a la ilustración y organización de sus camaradas de los países atrasados”

Acto seguido Roberto afirma que el PML está “totalmente de acuerdo. De hecho, es lo que decimos siempre: el inmigrante es una víctima del capitalismo, que promueve que emigre para abaratar los salarios de los trabajadores autóctonos. Por ello, los obreros deben unirse contra el auténtico enemigo: el capitalismo. Pero esto no significa que haya que hacerlo de manera anárquica siguiendo los designios del gran capital como hacen estos trotskistas”.

Esta afirmación solo puede responder a una absoluta disonancia cognitiva. El PML día tras día, como ya hemos dicho, lejos de crear una hermandad proletaria ante la inevitable destrucción de las fronteras, clama por posiciones reaccionarias. Sumido en el pasado, el PML es el pequeñoburgués incapaz de entender las contradicciones que le han empujado a la quiebra. El imperialismo ha creado unas condiciones que los comunistas debemos superar. No podemos clamar por volver a etapas anteriores de la historia. Mientras el imperialismo siga intacto la migración va a seguir existiendo pues las personas van a seguir siendo forzadas a abandonar su lugar de origen a causa de la miseria que crea el capitalismo. Levantar un muro solo va a hacer que crear más sufrimiento y más estigma.

Así de infantil es la propuesta de la migración controlada. Controlada, además, ¿por quién?

Sobre esto volveremos más adelante, pero, si efectivamente la burguesía se sirve de la competencia del proletariado para devaluar el valor de la fuerza de trabajo por qué razón un estado burgués iba a controlar la inmigración si, efectivamente, se puede servir de esta para profundizar en la explotación y mantenerse en el poder.

Es cuanto menos ingenuo pedirle a un estado burgués que legisle contra sus intereses. Y dado que el FO y el PML, viendo las ultimas declaraciones de Roberto, no se propone como meta inmediata la construcción de una dictadura del proletariado, la consigna del control fronterizo, en un estado burgués, y en una realidad imperialista, es una meta vacía, cuya única consecuencia real es caracterizar al migrante como un enemigo. Emerge aquí, otra vez, el discurso de la lucha de civilizaciones en donde el migrante es, además, un invasor.  

No me detendré, mucho más en las citas. Pues al fin, esta parte del artículo es una muestra constante de la disonancia entre la supuesta teoría del PML y su real  práctica. Como hemos visto el PML dice estar de acuerdo con acabar con la lucha de naciones, pero hace justamente lo contrario caracterizando a la población migrante como delincuente y terrorista, y llorando por la destrucción de la cultura propia.  

II.                La política fronteriza de la URSS

Ante el problema de la migración, como hemos visto, el PML propone, primero un control fronterizo, y segundo, una política asimilacionista. Política de la que Francia, por cierto, es modelo, y que, por su naturaleza forzada, genera exclusión y ahonda en la lucha de naciones.

Para justificar esta postura Roberto pone como ejemplo la política fronteriza de la URSS. Pues, parafraseando al propio Roberto, si lo hizo la URSS ya estamos condenados. El marxismo vivo por el que clama Roberto queda en la exaltación descontextualizada de las políticas de la URSS.

Y es que, justamente, el problema es esta descontextualización. Roberto traslada de forma mecánica la política fronteriza de la Unión ignorando las condiciones materiales concretas que justificaban esta política. De igual forma Roberto, también ignora el carácter de clase de la Unión Soviética en 1918. España no está sumida en una guerra civil revolucionaria como lo estaba la URSS en 1918, ni sufre la agresión imperialista que sufría la URSS en 1940. España no tiene a ejércitos imperialistas saboteándole las infraestructuras y masacrando a la población.

De igual forma la España de 2023 no es una dictadura del proletariado, sino que es un estado burgués, y como tal, defiende los intereses de la burguesía. Es ingenuo pedirle a este estado que legisle contra sus propios intereses.

Así, pues, acaso que el PML aspire a construir una dictadura del proletariado mañana mismo, y a emprender, acto y seguido, una guerra internacional contra el imperialismo, todas sus proclamas y propuestas están vacías.

Más valdría fomentar la unidad entre pueblos, creando asociaciones proletarias capaces, en el medio plazo, de disputarle el poder al imperialismo. Más valdría deshacerse del nacionalismo y trabajar por una nueva cultura internacional y revolucionaria. Más valdría hablar de lucha de clases y no de lucha entre culturas.

III.              Xenofobia tintada de rojo: el FO y la migración.

Como he dicho la practica del PML y su frente, el FO, desmienten toda afirmación que diga que el PML está totalmente de acuerdo con el contenido de las citas que mas arriba hemos visto.

Ya sea en videos de Youtube, en discursos en fundaciones burguesas, o en publicaciones en Twitter, el PML y sus integrantes se dedican a estigmatizar a la población migrante, profundizando la lucha cultural que impide la hermandad del proletariado internacional.

Veamos, por ejemplo, lo que decía esta semana un integrante del PML (RC): “Un chaval de 16 años de origen magrebí sale de casa, se encuentra con otro chaval con el que tenía rencillas y le asesta dos puñaladas en el corazón sin mediar palabra. Pasa seis meses en un centro de menores y sale en libertad. No ha sido en Francia, ha sido en Algeciras.”

Bueno ¿Es un problema señalar que un chaval apuñale a otro? No. ¿Es un problema darle una explicación culturalista? Sí. En primer lugar, porque se ignoran las causas sociales del delito. Si la explicación es meramente culturalista, no podemos ver las causas reales de los problemas. El delito, en la mayoría de los casos, responde a situaciones materiales concretas y no tanto a razones culturales. En segundo lugar, porque se crea un perjuicio falso e idealista que fomenta la lucha de naciones y lastra la unidad del proletariado internacional.

Así, esta afirmación es propia de un xenófobo y no de un comunista.

De igual forma, si vemos los video del SG del PML, Roberto Vaquero, observaremos que están plagados de retórica culturalista y xenófoba: “una persona que no tiene la cultura española […] para mí no es español […] es una cuestión de asimilación, o tienes la cultura o no la tienes”.

¿Qué es la cultura española? ¿Por qué es esta positiva para la revolución?

Estas preguntas necesitan ser resueltas.

O es que acaso el PML va a hacer una defensa abstracta de la cultura española. Una cultura impregnada de valores burgueses, sumida, como las demás, en el fetichismo de la mercancía y el  misticismo del capital.

Por su puesto que es necesario señalar toda practica contrarrevolucionaria. Pero provenga de donde provenga. Lo contrario es caer en la xenofobia más burda y el nacionalismo más barato.

Es necesario unir al proletariado internacional en una nueva cultura. Es necesario luchar contra la lucha nacional, contra los antagonismos que la burguesía fomenta para su interés. Es necesario conseguir la unidad de la clase obrera en su conjunto, y para ello es necesario abandonar el culturalismo y abrazar el comunismo del que algunos, orgullosamente, reniegan.

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